Sección “Conociendo a … “: ANA LIBONATTI Y SU VOCACIÓN POR EL HOCKEY

(Producción Hockey Argentino Plus ; @hockeyargplus ; fotos: Hockey Argentino Plus)

Ana Paula Libonatti es una de las tantas árbitros que dirige en el Torneo Metropolitano de hockey sobre césped. Tiene una forma especial de ver el juego y de prepararse para cada partido. En una entrevista EXCLUSIVA para “Hockey Argentino Plus”, con mucha simpleza, habló de sus comienzos como arquera, de la forma en que se ganó un lugar dentro del arbitraje, quiénes fueron las personas que la orientaron en su profesión y dónde se ve el día de mañana. También contó sus sensaciones de este deporte a nivel mundial.nota 3_redimensionar

 

Periodista: ¿Cómo nació la vocación por el arbitraje?

Ana Paula: “Creo que es eso: Vocación, creo que uno nace con eso. Cuando jugaba me llamaban la atención algunos árbitros, cómo llevaban el partido, los gestos que tenían cuando marcaban las infracciones y el énfasis que le ponían. Cuando jugaba en el club Los Pinos (siempre jugó en las últimas divisiones una vez tuvo la oportunidad de ascender a la “C” y no se pudo por un punto) hubo una persona  que es Mabel Holgado y que me marcó en particular”. 

 

Periodista: ¿Qué viste en ella?

Ana Paula: “ Me retiré en la última categoría. Por eso en esas divisiones no venían árbitros de renombre. Pero sí me acuerdo que venía muy seguido Mabel con su marido Pocho. Y ella me resultaba tan personaje, su presencia, su timbre de voz, como manejaba la jugada, como marcaba los 10 metros (que ya no corre más), en vez de usar una mano, usaba las dos. Todo. Y me quedó. Me quedó mucho gestual de ella. Y pensaba: un árbitro es todo. Es quien de alguna manera tiene que hacer que el juego se desarrolle en el marco de  las reglas que lo regulan pero sin terminar siendo  el protagonista. Porque los protagonistas son y tienen que ser los jugadores”.

 

Periodista: ¿Eso fue lo que adoptaste de Mabel e implementaste?

Ana Paula: “Sí, porque en este caso los dos árbitros tenemos que acompañar para que el juego se desarrolle en el marco de las reglas. Simplemente eso: acompañar. No siempre pasa, ni es posible porque tenemos que dejar de lado muchas cuestiones como  pasiones, porque alguna vez jugamos, estuvimos del otro lado y sabemos de reacciones. Y ante esas reacciones también reaccionamos como árbitros, porque no nos gusta que se nos proteste y no está bueno eso. Hay que saber acomodarse al juego. Por eso digo es una vocación porque a  uno le tiene que gustar hacerlo. Aunque hoy con el hecho de que todo se está profesionalizando, si se quiere, y el arbitraje es pago: en mi caso yo lo amo y lo haría gratis. De hecho los domingos lo hago gratis; arbitro Quinta de caballeros con placer para entrenarme. Creo que es un feedback que nos sirve a  todos: más al club para quien lo hago que para mí. La realidad es que nos pagan. Entonces cuando vos recibís una paga por un trabajo, uno termina siendo una suerte de profesional y debe comportarse como tal. Si uno tiene que tomar el arbitraje como una profesión y lo que eso amerita, si hay que prepararse, capacitarse,  estar lo mejor físicamente posible porque el juego, como todo, ha evolucionado. Los jugadores se entrenan cada vez más por ende nosotros, si queremos estar a ese nivel, también lo tenemos que hacer, porque tenemos que acompañarlo”.11011787_917020268348558_627707466781748350_n

 

Periodista: ¿La preparación es fundamental?

Ana Paula: “Es todo. Es saber qué partido te toca, prepararlo, saber con quién vas a ir por ahí lo conoces; por ahí no. Sí lo conoces, buenísimo porque ya sabes a priori como va a fluir el juego, como va a ser tu relación con el colega y también es fundamental conocer los equipos. Al principio me tomaba el trabajo de ver hasta como estaban en la tabla. Ahora es como que ya fluye un poquito más todo pero hacerme una especie de mapa mental de cómo se puede desarrollar determinada jugadas, de acuerdo a como voy conociendo a los equipos, si va a ser más físico, más técnico, si puede tener una mezcla de los dos, como puede arrancar el primer tiempo, como lo puede pasar alguno de los dos equipos en el segundo tiempo. Me pasa que ya hay clubes que se si ganan el sorteo se van a ubicar para estar en mi lado en el segundo tiempo en la defensa, por ejemplo, por lo cual  a mí ya me mete una presión extra”.

 

Periodista: ¿Cómo reaccionás ante esas presiones?

Ana Paula: “Me preparo para manejar eso, como manejar mis emociones, como manejar esas auto presiones. Porque esto es claramente una auto presión que yo me pongo porque ya sé que el técnico quiere eso. Y es todo, es lindo sí. Es algo que se disfruta mucho pero que también requiere de mucho trabajo y mucho sacrificio”.

 

Periodista: ¿Cómo arrancaste cómo jugadora?

Ana Paula: “Empecé desde muy chiquita, a los 10 años, en el colegio  y teníamos hockey. Una amiga de la vida, que jugaba al hockey en el club Los Pinos, me invitó, me enganché y empecé a jugar en el ahí. Fue una linda etapa porque como yo digo la etapa del club es donde vos haces amistades fuertes, disfrutas un montón de cosas desde el ir al entrenamiento, el empujar una a otra para ir a entrenar. Me pasaba que por ahí llegaba muerta y le decía a mi viejo ¡uh que pocas ganas de ir a entrenar! Ni hablar en invierno que entrenábamos cerca del río. Mi viejo re suelto de me decía ¡y no vayas. Falta!”.

 

Periodista: ¿Le hacías caso?nota 4_redimensionar

Ana Paula: “Hablaba con las chicas que solían viajar conmigo en el auto y le decía ´Ceci no tengo ganas de ir hoy´ Y ella me decía ¡no, no dale que el sábado tenemos un partido re jodido! Y teníamos que entrenar. Entonces es como que nos potenciábamos, ella me daba energías a mí y listo me cambio ya porque si me acuesto un rato, me pongo el pijama y chau entrenamiento. Entonces desde que cortaba con ella me ponía la ropa de entrenamiento aunque me faltara una hora para ir a buscarla. Pero yo ya estaba disfrazada para ir a entrenar. Los sábados era muy lindo; era levantarse temprano, íbamos en auto (algunas eran entrenadoras de menores entonces iba temprano con ellas). Por ahí hasta les daba una mano. Mientras ellas dirigían enseñaban y explicaban las técnicas;  yo medio que regulaba el juego pero me comía un embole terrible. Porque no podía estar tocando el silbato a cada rato porque así no aprenden nada. Y me decían ´no les podes cortar el juego. No le podes cobrar todo;  tenes que dejar que se desarrollen de alguna manera´. Al ir tan temprano empezaba, como a mí me gustaba, a arbitrar y me tiraban ´cheee no me querés arbitrar la sexta? ¡Te pago, te pago el tercer tiempo! y así arranqué. Arbitraba todo y lo disfrutaba”.

 

Periodista: ¿Cómo siguió ese gusto al arbitraje?

Ana Paula: “Cuando ya avanzó la edad dije bueno llega un punto en que uno tiene que dar un paso al costado, de tomar la decisión de retirarse de jugadora. Cuando tenía 35  a principio de año con quien hicimos la pretemporada, que era el preparador físico de rugby ´me hinchaba, me hinchaba y corre así´. Entonces le dije ´todo bien flaco pero sabes que tengo 35 es mi último año déjame disfrutar un poco la pretemporada, no tengo ganas de correr tanto, soy arquera, tampoco necesito estar al 100. Yo con tener reflejo, tirarme, sacar una bocha ya está, no me hagas correr tanto con las más chicas, que corran ellas; ya estoy de vuelta y me retiro a fin de año y lo remarcaba”.

 

Periodista: ¿Ahí dejaste?

Ana Paula: “Dije bueno me retiro como jugadora pero no del hockey y tampoco me gusta ser entrenadora.  Enfoquémonos en el arbitraje. Averigüé, hice el curso en la asociación que dura 8 clases. Rendí el examen entre mayo y junio y yo me retiraba a fin de año; aun así mantuve siempre el contacto con la asociación”.12108108_973288516055066_1824473016530969541_n

 

Periodista: ¿Cómo hacías para seguir jugando y a la vez tener la cabeza, en tu futuro, como árbitro?

Ana Paula: “Las cosas en el club se complicaron. Llegó la mitad de año y faltando toda la segunda rueda ya se daban por descendidas. Y a mí ese tipo de situaciones, de esa mentalidad mediocre como le llamo yo, me molesta mucho. Conozco mis limitaciones y soy una persona súper competitiva. Si juego o hago algo lo quiero hacer, más en un deporte, porque lo quiero ganar y no sólo para divertirme. Yo me divierto si gano. Si pierdo y me pasan por encima; no me divierto. Pensaba tengo que hacer un sacrificio, ir a entrenar para que después me hagan 10 goles, claramente, no me gusta. Había gente del grupo que se daba por descendida a mitad de año. Ahí dije listo; no va más”.

 

Periodista: ¿Pensaste en adelantar tu salida?

Ana Paula: “Si, de hecho lo hice. Renuncié a la primera. La presión de intermedia era distinta, jugaba de otra forma. Además le dejaba los pads todos transpirados a la de primera y no era al revés.  Disfruto con mis amigas que hicieron lo mismo. No la pasábamos mal, si bien perdíamos era otra la sensación. Los porotos se los llevan las de primera, que las veíamos afuera. Y faltando cinco fechas se hizo todo tan intolerable que dijimos ´no, todo bien gracias por los servicios prestados. Les entrego el muerto, el equipo de arquera´. Recuerdo que lo hice contra  Universitario de La Plata, que ascendió ese día ganándonos en nuestra cara. Así que estuvo bueno”.

 

Periodista: ¿Empezaste a dirigir a fin de año?

Ana Paula: “No, curiosamente al sábado siguiente me mandaron a arbitrar. Me pasó que, yo lo llamo de buen augurio, me tocó arbitrar un partido de la última categoría obviamente en pasto. Jugaban San Andrés, en su cancha en el Bajo, con Bánfield. Ese día ascendió el local. Así arranqué mi primer partido arbitrando un ascenso. Linda manera de arrancar, una nueva carrera, un nuevo desafío en mi vida con un ascenso”.

 

Periodista: ¿Qué más recordás de ese día?

Ana Paula: “No me lo voy a olvidar nunca. Me acuerdo hasta de la cara del técnico, del festejo, de mi primer compañero, Santiago García Rivero “el pescado”. Todo. Un árbitro que en el partido que yo decidí retirarme de la primera (Newman – Los Pinos  de visitante) me llamó la atención porque le protesté una jugada puntual y me dice ´Usted  cállese porque ya sé que es árbitro, cursó con mi hermano y la puedo expulsar´.  ¡Le repliqué, me puede expulsar pero no por ser árbitro, no! Me puede expulsar porque le estoy protestando de mala manera. Ese chico que vio como yo renunciaba a seguir atajando en la primera; fue mi primer compañero de arbitraje”.nota 1_redimensionar

 

Periodista: ¿Cómo es Ana dirigiendo? ¿Qué privilegia?

Ana Paula: “Me considero una persona abierta al diálogo. No soy el típico árbitro soberbio de acá estoy yo, mando yo, si yo digo que esto es así; es así y punto. Al contrario, me considero una persona, un ser humano, soy árbitro pero primero soy Ana Libonatti. Soy un ser humano y por ende falible y por ende me equivoco. Entro sabiendo que me voy a equivocar, intentaré equivocarme lo menos posible, porque es el objetivo primordial. Entonces como sé que puedo tener equivocaciones; tengo que saber reconocerlas, sí. Y si está en mis manos cambiar los fallos; hacerlo”.

Ante una protesta, evito llevar la mano al bolsillo. Intento advertir. Les digo ´me parece que no es la forma de dirigirte hacia mi persona. Si yo a vos no te estoy faltando el respeto vos no me lo faltes a mí´. Cuando ese diálogo se corta porque se hace intolerable  y la cosa sigue, bueno, no queda otra. Pero yo no voy con la idea de tarjeta de entrada. Me gusta que pueda fluir, eso no significa que me voy a hacer la amiguita de las jugadoras. Podemos ser amigos afuera o en el tercer tiempo, dentro de la cancha ellas son las jugadoras son las protagonistas del juego y  yo soy un participante, que tengo que hacer el juego se desarrolle en el marco de las reglas. Nada más que eso”.11425061_917020275015224_2147813048680550223_n

 

Periodista: Después de algún partido complicado en cuanto al arbitraje, ¿qué planteos te hacés?

Ana Paula: “Si me voy de la cancha sintiendo que fui más protagonista que las jugadoras; me voy con un nivel de amargura  que digo ´pucha, qué mal hice hoy que yo tengo esta sensación´. En algo fallé y me voy haciéndome la cabeza en el auto tratando de encontrarme de no pegarme un palo porque me vienen jugadas y situaciones puntuales y decir ¡por qué hice esto; debería haber hecho otra cosa!. Eso hace también al árbitro para crecer,  cambiar y mejorar las cosas. Inclusive la tolerancia,   a mi persona y al trato de las jugadoras  de un equipo para con  las otras. No puedo permitir que se peguen, que haya mucho palo, cuerpo; las tengo que cuidar. Una de mis funciones como árbitro es cuidar al jugador.  Ni hablar de cuidar al habilidoso; más aún. Si siento que se está hablando mucho en algo estoy fallando. Significa que no saqué una tarjeta a tiempo. Y ese es error mío. Sacar tarjetas en tiempo justo te evitan un montón de problemas, que sigan pegando al jugador  habilidoso, que el habilidoso se fastidie. Un jugador habilidoso fastidioso adentro de la cancha puede ser un problema serio porque te puede terminar complicando un partido cuando quizás era simplemente sacar una tarjeta verde o una amarilla. Y por sacar una tarjeta verde o amarilla yo no me voy a llevar el apodo de ´árbitro tarjetera´. Son puntos que me he replanteado y lo sigo haciendo. A como era en mis comienzos a lo que soy ahora, y a la categoría a la que logré llegar, creo que lo he podido mejorar y mucho”.

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Periodista: Si tuvieras que destacar algo de tu personalidad dentro del hockey, ¿Qué reflejás?

Ana Paula: “Primero que soy mi primera enemiga. Creo que me caracterizo por el esfuerzo y la garra, desde que era jugadora y ahora como árbitro,  para lograr ser mejor en alguna parte técnica en particular que me costaba. La única manera que la podía mejorar, porque también era consciente de mis limitaciones, es esforzándote, ser tenaz y constante en ese esfuerzo. Reconozco que evolucioné un montón  y creo que hoy las personas que me pusieron un votito de confianza me dieron la posibilidad  de hasta de superar mi objetivo, que era dirigir la primera B de damas. Con mucho gusto puedo decir que lo superé. En parte ese voto de confianza, de quienes me dieron la posibilidad de llegar a la primera A, creo que les demostré que no se equivocaron. Podía dar más de lo que estaba dando. En una primera división hay que modificar un montón de cosas. Creo que eso me sirvió como para esforzarme, concentrarme, mejorar en las cosas que yo sabía que podía mejorar. Así como tengo claro que cosas no voy a poder lograr. Pero creo que las que sí estuvieron buenas”.

 

Periodista: Desde el punto de vista institucional,  y de tu camino de jugadora a árbitro, ¿modificarías o traerías reglas de otros deportes para implementarlas en el hockey?

Ana Paula: “Lo tendría que pensar en detalle en enfocarme en que otro deporte. En cuanto a la táctica el hockey es similar al fútbol pero creo que en el hockey hoy se arbitra mejor que en el fútbol. De hecho el fútbol debería copiarle algunas cosas a este deporte. También ayuda mucho que haya dos árbitros.  Me parece fantástica la modificación  del autopase, le dio mucha dinámica al juego. Antes para el árbitro era complejo, cuando había que sacarla, calcular y ser lo más justo. Ahora hay que sacar del lugar exacto”.

 

Periodista: Es un gran cambio

Ana Paula: “Sí. También la recepción. Ahora puede ser de cualquier manera y antes de espalda, parecías estático. Otra se nos complica ver realmente si recorre los cinco metros antes de ingresar al área. Ahora tomarla desde un lugar puntual, que claramente inhabilita al jugador a poder ingresar en forma recta porque nunca va a tener 5 metros. Contabilizar si recorrió el todo el trayecto es complicado. Muchas reglas quedan a nuestro criterio; esa en particular es la que más a criterio queda y es complicado cobrarlo bien. En lo personal esa regla no termina de convencerme”.

 

Periodista: ¿Qué opinas de la implementación de la tecnología y el video?

Ana Paula: “Ojalá se pudiera ampliar o utilizar en todos los partidos, no sólo en finales, play off y torneos internacionales, sino en el Metropolitano. Sería de mucha ayuda en situaciones puntuales. Sería ideal porque nuestro objetivo es tratar de ser lo más justo. A la hora de sancionar con el uso de la tecnología podríamos ser más justos aún, sobretodo en situaciones que se dan dentro del área”.

 

Periodista: ¿Qué opinás del nivel de juego y del arbitraje del hockey argentino?nota 2_redimensionar

Ana Paula: “Creo que el nivel del hockey argentino, específicamente el de Buenos Aires, claramente, es uno de los mejores de América. Estados Unidos no nos llega ni a los talones. Y en cuanto al arbitraje no está por debajo tampoco de esa línea. El tema no es el nivel, que es muy bueno, sino que hay faltantes de árbitros que no es un problema nuevo sino que arrastramos desde hace años. Crece el hockey, crecen los equipos, y si es complicado mantener una gran cantidad de árbitros, ni hablar si hay que incorporar más.  Muchos lo hacen por plata, es entendible y aceptable porque es un trabajo y nos pagan por esto. Hay que tomarlo con la profesionalidad que ello requiere. Hay tantos torneos, fuera del Metropolitano, como mami hockey o intercountry que pagan una fortuna, y son más tranquilos porque ´no se comen las puteadas, muchos se van a dirigir ahí, se van muchos”.

 

Periodista: Para terminar, y porque fuiste jugadora y sos árbitro, ¿qué es hoy el hockey para vos?

Ana Paula: “Es parte de mi vida, te lo resumo así. Empecé de muy chiquita en el colegio y nunca lo dejé. Sigo y me pregunto  ¿el día que deje de arbitrar que hago? ¿Se me acaba el hockey?  Lo pensás y es como que se me acaba la vida. Cuando tuvimos un conflicto de que no se definían los aranceles y se hablaron muchas pavadas, que íbamos a hacer paro; tema que nunca estuvo ni por lejos en nuestra cabeza. En un momento dije ¿y si hay que hacerlo que hago? Era justo un fin de semana largo que se jugaba sábado, domingo y martes. También el martes tenía una partido de quinta de varones que no me lo quería perder ni loca; me muero sino podemos ir a arbitrar me muero! Ahí pensé que fuerte que es este deporte para mí ¿No tengo otras cosas en la vida? Sí, si tengo otras cosas pero significa tanto y me gusta tanto que creo que si el día de mañana ya no puedo seguir arbitrando creo que voy a seguir dando cursos, enseñando. Yendo como veedora a ver  árbitros desde afuera  para tratar de ayudarlos desde la experiencia que voy a tener en ese momento. No sé, es parte de mi vida. Es parte de mi vida