Crónicas Panamericanas: HANDBALL, MANOS DE PLATA.

Por Hugo Tajes
Por Hugo Tajes

Allá por la década del ’60, una muy buena gira por Sudáfrica significó un reconocimiento internacional para el Seleccionado Argentino de rugby. Para identificar la garra y el espíritu de lucha, se los nombró Pumas, tomando en cuenta el logo que llevaban en su camiseta.

ajustado-Argentina-Brasil-medalla-AFP_CLAIMA20150725_0117_28En realidad se trataba de un yaguareté, pero el apodo quedó vinculado para siempre al equipo. Cuarenta años después, luego de brillantes actuaciones, las chicas del hockey sobre césped, quisieron lograr una identificación similar y se autodenominaron  leonas, hasta bordaron esa imagen en la camiseta del seleccionado.

En estos días, la saturación de apodos animales para los diferentes equipos deportivos que disputan los Panamericanos, ha hecho perder ese toque de originalidad que supieron tener las denominaciones de los equipos de rugby y hockey.

Por eso al resaltar el crecimiento de nuestros equipos de handball, obviaremos aquellos motes zoológicos. Los caballeros y las damas, obtuvieron la medalla de plata, algo impensado en tiempos remotos.

El despertar  del hockey en caballeros, el retorno del volley, el despegue de algunas disciplinas atléticas y el de handball son los logros más notorios respecto a actuaciones anteriores.

Es curioso el caso del handball, ya que siendo el deporte programático de los colegios secundarios, nunca había tenido el porcentaje de rendimiento asociado a la cantidad de jóvenes que lo habán jugado.

Los equipos femenino y masculino, estuvieron ahí nomás de la medalla dorada, en actuaciones sobresalientes ante una potencia como Brasil.

Es el momento de apoyar y mantener a una disciplina en ascenso, que el año que viene juega con ambos equipos; en una situación histórica; los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Para que no suceda lo del volley, que debió esperar 30 años para volver una competitividad de élite, se debe apuntalar este crecimiento con planes a futuro, para que “Garra” o “Gladiadores”, no terminen siendo nominaciones simpáticas que se pierdan en el tiempo.

Sepamos valorar pues, un logro inédito en una disciplina en ocasiones relegada, dándole las condiciones y oportunidades para sostener ese crecimiento.