Pasaron más de cuatro décadas desde aquel 16 de marzo de 1972 cuando se comenzó a gestar en el Valle una nueva institución deportiva de la mano del rugby y sumando más tarde al hockey.
(Fuente: El Chubut)
Hablamos del Club Patoruzú que un día como el pasado miercoles pero 44 años atrás se concretaba su fundación y comenzaba a transitar el camino del crecimiento hasta la actualidad, siendo una de las instituciones pioneras del rugby patagónico marcando un sello de excelencia entre sus pares.
A modo de homenaje, se juntaron en la histórica sede aurinegra varios referentes y ex presidentes, entre ellos Víctor Brullo, Eduardo Uzcudun, Carlos Castro Blanco, Juan Carlos Villalba, Gustavo Suárez, Agustín De La Fuente y su actual presidente Federico Gatica, junto a Emiliano Vázquez, vicepresidente. En un breve diálogo expresaron su sentimiento ante un nuevo aniversario Indio.
«Después de tanto tiempo, ver esto, realmente no tiene palabras. Es una fecha, donde han pasado tantas cosas desde que uno se inició con los chicos y donde hoy con las nuevas autoridades, cada uno puso su granito de arena para ser lo que es el Club Patoruzú en este momento», expresó Víctor Brullo primer titular de «Pato», quien a su vez explicó que uno de los aciertos en estos 44 años de vida fue la contención de los jugadores que luego de culminar sus etapas de estudios u otras cuestiones regresan a la entidad. «Acá han pasado muchos chicos que se han ido -posiblemente a estudiar- y hoy están volviendo. Eso es uno de los aciertos que tiene el club. El chico que se va y después vuelve es porque ha encontrado dentro del club amabilidad, amigos y protección, y eso es lo más rescatable de todo esto». Asimismo recordó aquel viaje con los Patoruzitos a Buenos Aires realizando una gran campaña que fue el empuje para formar el club. «Yo creo que en la vida la suerte hay que ir a buscarla, no viene sola. El hecho de ir a Buenos Aires fue con la idea de tener un viaje, de decir vamos a divertirnos. Salimos con 25 chicos yo solo, 15 días. Hoy a nadie se le ocurre viajar con un grupo, solos a cualquier lugar del país. Hoy es imposible».
Brullo además rememoró aquellos primeros días en el club. «Cuando llegamos acá y comenzamos a caminar este predio había tres árboles nada más y una casita que se caía a pedazos que era dos metros por dos metros. Ese fue el primer vestuario que tuvimos». Luego mencionó cuando «de a poco se fue trayendo el agua, marcando la cancha, dando un poco de césped. De a poco se fue trayendo el gas, la parte edilicia que fue a través de los años. Cada comisión que entraba hizo muy bien los deberes y fueron de alguna manera construyendo el club».
A su vez, Eduardo Uzcudun, integrante de aquel equipo de los patoruzitos y presidente por cuatro años (del 91 al 95), sostuvo que «cuando empezas a ver como crece el club y las generaciones que se van pasando, es realmente una sucesión de cosas maravillosas».
Por su lado, Carlos Castro Blanco manifestó que Patoruzú es «un pedazo de la historia de Trelew que está reflejada en este club. Fueron los pioneros, Víctor y el grupo que los acompañó desde el principio y después fue una sumatoria de esfuerzos que fuimos poniendo a lo largo de los años. Todos siguieron empujando el mismo carro, en el mismo sentido y creo que esa comunidad de esfuerzos, sobre todo de ideales y de espíritu que se generó alrededor del club es lo que lo a hecho a una institución grande, ejemplar y digna de la ciudad de Trelew».
Juan Carlos Villalba, el «Chuncano» como lo apodan en el círculo íntimo señaló que «estamos viendo la evolución del club», y remarcó lo importante que fue traer el agua y el gas para darle el confort a la entidad y más tarde sembrar para «tener la primer cancha de césped en la Patagonia». Asimismo, con total humildad, resaltó a la nueva juventud que hoy dirige a Patoruzú de quienes dijo «estos chicos han hecho un crecimiento mucho más rápido del club de lo que pudimos lograr nosotros. Porque los transformaron totalmente». Además afirmó que la entidad aurinegra debe tener «un impacto en la sociedad del pueblo» a través de la formación de personas.
Gustavo Suárez, integrante de esta nueva camada de dirigentes, junto a Agustín De La Fuente y Federico Gatica; expresó que Patoruzú representa «una gran parte de mi vida. Me ha dado amigos, familia, trabajo, relaciones. Posibilidades de conocer partes de la Argentina y he tenido al enorme suerte de participar de una gira a Europa. Sería un vacío muy grande en mi vida no estar aca». Mientras que De La Fuente se sintió agradecido por la confianza que depositaron sobre él y sostuvo que «uno no puedo emprender cosas nuevas o necesarias para el club si las bases no están muy fuertes». «Cada dirigente que ha dejado al club, lo ha dejado mejor para el que viene. Con nuevas ideas y nuevas improntas».
Finalmente, el actual titular, manifestó «que se lo podría tomar como un festejo haber reunido a todos los presidentes que a uno lo pone contento que acudan con tantas ganas a recorrer el club, compartir, debatir y a ser parte de lo que viene».
«Es una responsabilidad muy grande pero la verdad que da gusto porque uno se siente respaldado cuando todos los ex presidentes estan presentes y que todavía siguen colaborando con la misma energía que cuando ellos tuvieron la gran responsabilidad de llevar al frente esta gran institución», finalizó.
